Llegamos a un nuevo 8 de Marzo con la obligación de avanzar en igualdad y libertad para las mujeres en todo el mundo. Lamentablemente, sobran los motivos para seguir convocando jornadas de lucha, para seguir exigiendo derechos.
En estos días, la violencia machista en el Estado español ha vuelto a experimentar un repunte de sus manifestaciones más violentas, hemos vuelto a sufrir una oleada sucesiva de asesinatos de mujeres. Para frenar esta lacra no hay más camino que potenciar las políticas públicas con recursos suficientes, implicar a la sociedad en su conjunto, al movimiento feminista, al empresariado, a las trabajadoras, intervenir en educación. No basta con pactos de Estado que no vayan más allá de firmas entre partidos, con fotos y declaraciones en los medios de comunicación pero sin políticas reales, sin recursos ni asignaciones presupuestarias concretas.
Llegamos a un nuevo 8 de Marzo con la obligación de avanzar en igualdad y libertad para las mujeres en todo el mundo. Lamentablemente, sobran los motivos para seguir convocando jornadas de lucha, para seguir exigiendo derechos.
En estos días, la violencia machista en el Estado español ha vuelto a experimentar un repunte de sus manifestaciones más violentas, hemos vuelto a sufrir una oleada sucesiva de asesinatos de mujeres. Para frenar esta lacra no hay más camino que potenciar las políticas públicas con recursos suficientes, implicar a la sociedad en su conjunto, al movimiento feminista, al empresariado, a las trabajadoras, intervenir en educación. No basta con pactos de Estado que no vayan más allá de firmas entre partidos, con fotos y declaraciones en los medios de comunicación pero sin políticas reales, sin recursos ni asignaciones presupuestarias concretas.
El impedimento fundamental para dar la merecida respuesta a este fenómeno son los recortes económicos y sociales del gobierno del Partido Popular, que no han hecho más que profundizar en las desigualdades. La brecha salarial entre géneros, según un estudio de CCOO, asciende a un 30%, en conjunto, cobramos menos que los hombres aunque realicemos los mismos trabajos con igual categoría, además del desequilibrio en el reparto de cargos de responsabilidad y la feminización de los trabajos peor remunerados.
El desempleo, a partir de los 25 años, es mayoritariamente femenino. No es de extrañar que, como señalan informes de organismos independientes, la pobreza tenga rostro de mujer. Una vez más, somos nosotras las primeras y más damnificadas por las crisis económicas.
Por otra parte, los recortes en Dependencia han sobrecargado las tareas domésticas y de cuidados, que mayoritariamente recaen en las mujeres, y alejan aún más la necesaria conciliación entre la vida familiar y laboral.
Nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos también ha sido recortado. No están garantizados los derechos sexuales y reproductivos, por lo que seguimos exigiendo que las interrupción voluntaria del embarazo sea una prestación normalizada en la Sanidad pública para todas las mujeres independientemente de su edad, estado civil y situación administrativa.
Por todo esto, desde la Consejería de Igualdad del Cabildo de Gran Canaria, nos sumamos a las convocatorias del movimiento feminista y nos sentimos parte de esa movilización, en la que mujeres y hombres hemos de implicarnos para impedir el avance de las políticas ultraconservadoras, negadoras de derechos y libertades. Exijamos una sociedad libre de violencia machista, un aborto seguro, legal y en la red sanitaria pública. Una sociedad que integre y respete los derechos LGTBI, así como los derechos de las trabajadoras, erradicando la brecha salarial de género. Exijamos derechos para todas.
En la campaña que hemos organizado para este 8 de Marzo, llevamos la mirada hacia el derecho al placer de todas las mujeres. Bajo el lema El placer también es nuestro, queremos visibilizar la sexualidad de las mujeres con diversidad funcional, el derecho al deseo y al placer de los cuerpos que se alejan de la norma, de personas a las que habitualmente desasexuamos y apartamos del deseo. Queremos hacer una lectura feminista de su realidad y abrir el debate sobre el derecho a la asistencia sexual para el disfrute de sus propios cuerpos.
Pero el placer no hace referencia exclusiva a la dimensión física o sexual. Cuando hablamos de placer reclamamos también el placer de crear, nuestro protagonismo en las distintas disciplinas de la cultura y la creación artística, el arte como espacio natural de las mujeres, desde el que interpretar y recrear la realidad, para la construcción de imaginarios y, por supuesto, la sublimación de la belleza.
Reclamamos nuestro derecho al placer en todas sus formas. Al placer de participar, de opinar, de disentir. Al placer de aportar, construir, defender. Al placer de formar parte de una comunidad de iguales y diversas, con iguales derechos y libertades, con posibilidades reales de ejercerlos.
Porque el placer también es nuestro, el placer de vivir, de ser ciudadanas de pleno derecho.
María Nebot
Vicepresidenta segunda del Cabildo de Gran Canaria
consejera de Igualdad y Participación Ciudadana